Saúl contra RWE: «Una sentencia histórica que puede servir de guía a los tribunales de todo el mundo» - Entrevista
En principio, los grandes emisores pueden ser considerados responsables de los riesgos climáticos. Así lo decidió el Tribunal Regional Superior el 28 de mayo en su sentencia sobre la acción climática interpuesta por Saúl Luciano Lliuya contra RWE, haciendo así historia jurídica. Sin embargo, la demanda de Saúl fue desestimada al no considerar suficiente el riesgo de inundación de su propiedad. La asesora jurídica de litigios estratégicos, Francesca Mascha Klein, acompañó el proceso y nos explica en una entrevista por qué la sentencia es un precedente importante.
Antes de examinar la sentencia, ¿podría explicarnos brevemente en qué consistió el procedimiento?
Francesca Mascha Klein: La demanda de Saúl pretendía responsabilizar de sus emisiones a uno de los mayores emisores de Europa: RWE. Saúl exigía que la empresa contribuyera a las medidas de protección de un lago glaciar situado sobre la ciudad de Huaraz, que había crecido hasta alcanzar proporciones amenazadoras. Las emisiones de RWE contribuyen al riesgo de una ola de inundación, por lo que también debe pagar una parte de los costes de las medidas de protección.
Tras casi diez años de procedimientos judiciales, el Tribunal Regional Superior de Hamm dictó sentencia en mayo. ¿Qué decidió exactamente el tribunal?
Francesca Mascha Klein: El tribunal dictaminó que los grandes emisores pueden ser considerados responsables en virtud del Derecho civil alemán. En más de 50 páginas de sentencia, el tribunal explica por qué la demanda de Saúl es jurídicamente concluyente. Esto significa que los afectados pueden ahora exigir ante los tribunales que los grandes contaminadores contribuyan a los costes de la crisis climática, incluso más allá de las fronteras nacionales. Se trata de un hito jurídico.
¿Por qué, sin embargo, se rechazó la demanda?
Francesca Mascha Klein: En opinión del Senado Civil, no se pudo probar en el caso concreto que existiera una probabilidad suficientemente alta de que la propiedad de Saúl Luciano Lliuya se viera afectada por una inundación glacial. El tribunal tomó su decisión basándose en el peritaje sobre el riesgo de inundación presentado por los peritos judiciales en el verano de 2024, que centró la audiencia de marzo de 2025. Los peritos judiciales estimaron en un uno por ciento la probabilidad de que una inundación por desbordamiento de un lago glaciar (GLOF) alcanzara la propiedad de Saúl Luciano Lliuya en los próximos treinta años. Los expertos basaron sus cálculos en sucesos del pasado y los aplicaron al futuro. Al hacerlo, ignoraron los desprendimientos de rocas como desencadenantes de un maremoto y el hecho de que éstos se producen cada vez con más frecuencia a medida que avanza la crisis climática. La parte demandante había argumentado con expertos de los campos de la climatología y la ciencia de los glaciares que existe un alto riesgo de inundaciones, sobre todo debido al cambio climático. Sin embargo, el tribunal no estuvo de acuerdo y desestimó la demanda.
¿Cómo vivió Saúl la sentencia?
Francesca Mascha Klein: Saúl estaba en Huaraz con su familia cuando se dictó la sentencia. Lo mantuvimos informado vía WhatsApp. Estaba muy contento por esta sentencia pionera. Por supuesto, le decepcionó un poco que el tribunal desestimara su caso. Pero tenía claro que no sólo quería ganar su demanda en un caso individual, sino reforzar los derechos de todas las personas expuestas a los peligros de la crisis climática frente a los responsables de causarla. Y lo consiguió.
Empresas como RWE argumentan que el cambio climático es demasiado complejo y que la responsabilidad no puede atribuirse simplemente a empresas individuales. ¿Qué dijeron los jueces al respecto?
Francesca Mascha Klein: En su sentencia, los jueces refutaron numerosos argumentos esgrimidos por la industria de los combustibles fósiles. Incluido el argumento de que el cambio climático es demasiado complejo para que se pueda responsabilizar a empresas individuales.
El tribunal ha dejado claro que la demanda de Saúl se refiere a emisiones de CO₂ claramente identificables, cuyos efectos globales están científicamente probados y son comprensibles. Según el estudio Carbon Majors, RWE contribuye de forma demostrable en torno al 0,4 % al calentamiento global provocado por el hombre. El tribunal ha reconocido que la contribución de RWE es significativa, comparable a la de países industrializados enteros como Suecia o España. Aquellos que contribuyen de forma especialmente importante a la crisis climática también deben asumir su responsabilidad. Esto se ajusta al principio de quien contamina paga y, según el tribunal, es expresión de un «sistema jurídico basado en valores».
¿Espera ahora más demandas similares?
Francesca Mascha Klein: Los afectados por la crisis climática ya pueden exigir responsabilidades legales a los contaminadores. En otros países también existen normativas similares a las alemanas. Según nuestras investigaciones, existen normativas comparables en al menos 15 países, como Suiza y Japón. Gracias en parte a los avances de la climatología, las relaciones causales pueden demostrarse cada vez con mayor precisión. Seguro que habrá demandas similares en otros países.
¿Tiene la sentencia también repercusiones en la política?
Francesca Mascha Klein: Este juicio ha dejado claro que no son las empresas que se han beneficiado durante décadas de modelos de negocio perjudiciales para el clima las que están pagando el precio de la crisis climática, sino sobre todo los afectados del Sur Global y los países con emisiones históricamente bajas. Los responsables políticos tienen ahora la oportunidad de garantizar la claridad y la equidad: regulando de forma vinculante cómo se puede aliviar a los afectados y cómo se puede responsabilizar a las empresas con altas emisiones de las consecuencias de la crisis climática. Hay ejemplos de regulaciones en Filipinas y en algunos estados de EE.UU., por ejemplo. Ahora es momento de implementar algo similar también en Alemania.
¿Qué pasa ahora con Saúl y la gente de Huaraz?
Francesca Mascha Klein: La situación en Huaraz es grave. Las consecuencias del cambio climático son una realidad desde hace tiempo: los desprendimientos de rocas y las avalanchas son cada vez más frecuentes, y hace poco dos personas murieron en un deslizamiento de tierra en la región. Pero Saúl, la ONG local Wayintsik Perú y nosotros, Germanwatch, seguimos luchando. Junto con su abogada, la Dra. Roda Verheyen, Saúl está examinando el veredicto y los posibles próximos pasos legales. También seguiremos políticamente activos: Germanwatch continuará dando a conocer la importancia de este caso -especialmente en el contexto de las negociaciones internacionales sobre el clima- y haciendo campaña por los derechos y la protección de las personas especialmente afectadas.